martes, 24 de marzo de 2009

My life is an endless succesion of people saying good bye...

"Highlander" fué un film de aventuras que me atrajo hace algunos años; en este film que se tituló "Los inmortales" en castellano Connor Mcleod era un escocés que por circunstancias del destino se había convertido en uno de los inmortales que debian de combatir entre ellos hasta que no quedase mas que uno. La idea de vivir por siempre puede ser atractiva al principio, pero como dice el protagonista en una parte el film " El dolor de perder a todas las personas que amas no lo vale".

He cumplido 43 este año y he pasado por el dolor de perder a muchas personas queridas en todo ese tiempo; y es algo lógico mientras más vives. Hace una semana se fué mi madrina Angélica. Mi "maína" como le decía desde que recuerdo fué una vital e independiente mujer aún a sus 85 años, solterona de "las de antes" cuando no necesariamente tenías que ser sospechoso de gay o lesbiana para ser solterón, pero muy discreta con su privacidad. "Perica" como ella sola, siempre estaba orgullosa de aparentar menos edad de la que tenía (algo que heredé por los genes) fuí, junto con mi hermano, los únicos sobrinos directos que tuvo; y a la vez los hijos que nunca llegó a parir. Ultimamente se convirtío en la abuelita molestosa que a pesar de que ya somos unos hombres adultos siempre andaba tras de lo que hacíamos, tras de su "coquito" y su "cobito" como nos llamaba; si nos demorábamos en llegar, incluso a veces paraba fastidiandome por mi costumbre de raparme el pelo.

Lamentablemente un agresivo cáncer al pulmón se la llevó en pocos meses. Estos tres últimos meses fueron una constante lucha por conseguir que le dieran una atención digna en el Seguro donde era pensionista, pero como sucede en este país nos estrellamos con la desidia, la indiferencia y hasta la crueldad que los servicios de salud tienen con los ancianos. Si bien sé que ahora ella por fin está en paz, me queda la impotencia y la indignación de no haber podido hacer algo más.

Cuando salí del clóset, hace muchos años; ella, siendo una mujer ya muy mayor y de creencias religiosas muy "a la antigua" lo tomó de una forma bastante civilizada, lloró un poco, me dijo que hubiese querido que le diera sobrinos nietos, pero que eso no iba a cambiar su cariño por mi. Algo que mi mamá sólo pudo hacer luego de muchos años. Pero mi madrina aceptó mi realidad de muy buena gana, conoció a la que fué mi pareja, llevaron muy buena comunicación, tanto así que a veces él llamaba para hablar con ella y no conmigo; por esas épocas mi mamá estaba en el extranjero y ella tomó ese lugar. Conoció a mis amigos y los aceptó como personas; y le afectó cuando se enteró que mi ex falleció hace unos años. Luego más adelante también hizo buenas migas con otro ex, que hasta hace poco estuvo en contacto con ella y se pudo despedir por fono antes de su fallecimiento. Quizás no fué fácil comprender mi orientación sexual, como alguna vez me dijo, pero primero que nada estaba su cariño por mi, y eso siempre lo valoré. Ella sabía de mis amigos, novios y cuando estaba enamorado podia decirselo sin tapujos.

Bueno pues, hace una semana que la enterramos, fué una ceremonia modesta, pero quise estar con ella hasta el último momento. La despedí con un beso de parte de mi ex en su frente fría antes de cerrar el ataud. Hay muchas cosas que voy a rememorar con cariño de ella, pero siempre en mi corazón va a estar el recuerdo de que fué la primera persona que no me rechazó cuando más necesité de su apoyo.

No hay comentarios: